lunes, 22 de marzo de 2010

Podolski, versátil y sereno



Cuando 20.000 seguidores acuden en masa a un estadio al comienzo de la temporada para ver a un jugador en la primera sesión de entrenamiento del club local, debe tratarse de alguien muy importante.
El 25 de junio de 2009, Lukas Podolski volvió a vestirse la camiseta del Colonia tras tres años de ausencia y desató una indescriptible euforia entre los seguidores de los Machos Cabríos. El Príncipe había vuelto a su palacio después de buscar la felicidad durante tres años de exilio en el Bayern de Múnich. No la había encontrado.
Y aunque el magistral delantero podría haberse ido a cualquier otro gran club de Alemania o del extranjero, regresó a su ciudad nodriza a orillas del Rin. Para Poldi, que es como la gente llama al zurdo de 24 años, regresar a sus raíces futbolísticas fue una decisión sentimental. Quería volver a casa con su compañera Monika y su hijo Louis y empezar un nuevo capítulo en su vida.
Si bien es verdad que en esta temporada no todo ha salido a pedir de boca para este atacante 70 veces internacional con Alemania, hay una cosa que no se puede negar: Podolski ha recuperado la sonrisa y parece volver a sentirse a sus anchas sobre el terreno de juego, lo que no siempre fue el caso en la capital bávara.
En esas circunstancias, el número 10 del Colonia y de la selección de Alemania ha dedicado unos instantes a la pasion del deporte para hablar en exclusiva sobre la Bundesliga, el seleccionador nacional Joachim Löw y las posibilidades de alcanzar el título en Sudáfrica.
Sr. Podolski, hace ahora nueve meses que regresó a su casa, Colonia. ¿En qué medida se diferencia la vida que hace en Renania de la que hacía en Múnich?
En Múnich, el entorno y el ambiente que rodean al Bayern son naturalmente muy distintos que en el Colonia. Aquí estoy de nuevo en casa y me siento bien. Aquí conozco a la gente, conozco la mentalidad y el club.
¿Qué echa más de menos cuando piensa en la capital bávara?
Han sido buenos tiempos los que he pasado en Múnich, pero en realidad allí no había nada que no tuviera también aquí en Colonia. Sencillamente me alegro de haber vuelto. La pena, como es lógico, es que ahora no voy a poder estar en contacto tan estrecho como antes con mis muchos amigos que viven en Múnich o en sus alrededores.
El FC Colonia está cuajando una temporada respetable y ocupa los puestos medios de la Bundesliga. ¿Cómo valora el curso recorrido hasta la fecha y qué espera del equipo en las últimas semanas de la temporada?
Creo que el curso recorrido es en buena medida satisfactorio. Después de la primera vuelta se ha reforzado y consolidado. Pero todavía no nos hemos salvado ni mucho menos. Ahora tenemos que sumar todos los puntos posibles para despreocuparnos del descenso cuanto antes.
Su desempeño ha sido algo irregular últimamente, aunque ahora la curva de su rendimiento parece apuntar de nuevo hacia arriba. ¿Cómo se explica usted estas oscilaciones?
La fase inicial no fue lo que se dice fácil. Yo, que era un jugador nuevo, llegaba a un club que acababa de cambiar de entrenador. Así que primero tuvimos que encontrarnos como equipo y desarrollar los mecanismos de funcionamiento sobre el terreno de juego. A eso hay que añadir que de vez en cuando he tenido que pelear con las lesiones. Desde hace algún tiempo, sin embargo, ya no siento dolores y estoy empezando a entrar en mi ritmo.
Ante la opinión pública, siempre da la impresión de estar relajado y feliz. ¿Pero cómo se las arregla para lidiar con la presión que desde su regreso a Colonia se ha depositado sobre sus hombros?
Yo no lo encuentro tan grave. Soy internacional alemán y por eso suelo atraer la atención de los focos en el FC. Pero puedo lidiar con eso, tampoco me pesa demasiado. Simplemente me concentro en el fútbol porque, de todas formas, no puedo influir de ninguna otra manera en lo que digan de mí los medios de comunicación.
En cuanto sale a jugar con la selección alemana, parece eclosionar dentro y fuera del campo. ¿Las apariencias engañan o hay algo de verdad en que el once germano sería el "club" perfecto para usted?
En la selección nacional me siento tan bien como en el FC de Colonia. En realidad, siempre me alegro cuando voy a jugar con la selección, pero también me alegro igual cuando regreso a jugar con el Colonia.
¿Cómo toma la diferencia entre jugar para un millón de colonienses en su club o para 82 millones de seguidores nacionales que le apoyan cuando juega con el combinado nacional?
Yo siempre estoy muy motivado y salgo a ganar en todos los partidos, ya sea con el FC o con el equipo nacional. Pero naturalmente que es algo muy especial poder representar a tu país en un Mundial de fútbol y sentir el respaldo de toda una nación.
En la selección nacional su posición es variable, pero ¿cuál cree que es su posición y su papel como jugador joven en el equipo?
Para mí lo decisivo no es dónde juego. En el combinado nacional he jugado por la izquierda y por el centro en partidos contra los mejores equipos. Ahora tengo la experiencia de saber cómo jugar en las distintas posiciones.
Joachim Löw ha sido seleccionador desde el final de la Copa Mundial de la FIFA 2006. ¿Qué le parece como persona y como entrenador? ¿Cómo es y qué parte le corresponde en el éxito de la selección nacional?
Jogi Löw es un entrenador experto. Ha vivido mucho y es una persona con una autoridad absoluta. Trabaja muy meticulosamente con sus colegas y puede entenderse muy bien con los jugadores, tanto con los jóvenes como con los veteranos. Y en la selección tenemos una filosofía de juego que él sabe transmitir muy bien. Por tanto, puede decirse que, junto con su cuerpo técnico, él ha contribuido considerablemente a los éxitos conseguidos.
Entramos en la recta final a la Copa Mundial de la FIFA 2010 y los delanteros alemanes compiten por un puesto en la alineación inicial en Sudáfrica. ¿Qué ha planeado hacer en los próximos meses para hacerse un hueco en el once titular de Alemania?
Sencillamente quiero postularme ante el seleccionador con buenas actuaciones en mi club. Además hay que añadir que no sólo puedo jugar en punta sino también por el lado izquierdo. Esa flexibilidad no es desde luego ninguna desventaja.
En Sudáfrica, Alemania ha quedado encuadrada con Serbia, Ghana y Australia. ¿Cómo valora a esos rivales de grupo?
Es todo menos un grupo fácil. Contra estos equipos tendremos que emplearnos a fondo. Hoy en día ya no hay adversarios pequeños, y mucho menos en un Mundial. Pero estoy convencido de que, si logramos hacer nuestro juego, superaremos la fase de grupos y podremos llegar lejos.
Luego de conseguir la tercera plaza en la Copa Mundial de la FIFA 2006 y la segunda en la Eurocopa de la UEFA 2008, ahora sólo falta conquistar la primera en el próximo gran torneo. ¿Qué puede lograr la selección alemana en Sudáfrica?
Si desplegamos nuestro potencial y actuamos en equipo, podemos competir por el título. Pero siempre depende un poco de la forma en la que te encuentres en ese momento, y ahí entra un poco la suerte. Ahora bien, hay unas cuantas selecciones que deben incluirse en la lista de favoritos.
¿Quién es a su juicio el principal favorito a ganar el título mundial?
En mi opinión, no hay un único favorito claro. Hay muchos equipos que son capaces de conquistarlo. Estoy pensando en España, Brasil, y también en Argentina y Francia.
¿Cuáles son sus objetivos personales de cara al campeonato mundial teniendo en cuenta que fue elegido mejor jugador joven en la Copa Mundial celebrada en su propio país? En la medida de lo posible, me gustaría jugar todos los partidos, rendir a la altura de mi capacidad y probarme y prevalecer contra los mejores del mundo. Pero lo importante no es lo particular sino ayudar al equipo a triunfar.
¿Qué expectativas tiene en general de la Copa Mundial en Sudáfrica después de vivir por primera vez la experiencia mundialista en 2006?El Mundial de 2006 fue algo muy especial. Fue mi primer Mundial, y además en mi propio país y en medio de un ambiente increíble. Pero el primer Mundial en África va a ser una experiencia nueva y muy emocionante. Tengo muchas ganas de ir allí a jugar ante aquella gente, que también sabrá crear una atmósfera formidable, tal y como ya se vio durante la Copa Confederaciones.

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