lunes, 8 de marzo de 2010

Dejaron atrás un año bien ajetreado

A-Rod, Cabrera con panoramas más despejados este año

Alex Rodríguez recuerda que se ponía a cantar mientras conducía a casa después de los juegos en septiembre pasado.

"Estábamos ganando. Físicamente me sentía más fuerte", destacó Rodríguez. "No me había sentido así de contento jugando al béisbol desde mis primeros tres años en Seattle. Toda la carga que traía desapareció".

También habló de esa mañana en febrero del 2009, cuando desde su casa en Miami admitió que había tomado esteroides cuando jugaba con Texas. Incluso, en privado la noche anterior no sabía cómo aceptar la falla, pero estaba decidido a hacerlo, y desde que lo admitió por primera vez hasta el resto de la entrevista -- que duró cerca de una hora -- sudaba y respiraba descontroladamente.

"Pensé que no saldría de esta", manifestó Rodríguez, pero lo hizo, después de una breve pausa.
De varias formas, Rodríguez abrió su corazón mientras sus inseguridades salían de su cuerpo con todo ese sudor.

Cuando concluyó la entrevista, salió de su casa y dijo, "Creo que ya me liberé".

Libre de simular ser perfecto, libre de pensar que todo el mundo lo observaba.

"Mientras avanzaba la temporada, yo ya no era el centro de atención", explicó A-Rod.

"Solamente se trataba de ganar, y cuando llegó el último out en la Serie Mundial, me di cuenta que se trata solamente de los Yankees y de ganar. Estos han sido los mejores Entrenamientos de Primavera desde esas primeras temporadas en Seattle, cuando era joven".

La carga de "demostrar que es un Yankee" y el tema de no tener un anillo de campeón han desaparecido. También desaparecieron los problemas que lo llevaron a someterse a una cirugía para reparar un tendón en la cadera.

"El equipo me ayudó bastante al obedecer la recomendación de los doctores de darme un día libre a la semana. Me tomó la mayoría de la temporada para recobrar mi flexibilidad y fuerza, pero para septiembre, estaba casi recuperado. Ahora después del trabajo que hice este invierno, me siento muy bien".

Rodríguez piensa que cuando su amigo y consejero, Reed Dickens, lo convenció de enfrentar la realidad, "cambió mi vida".

Un nuevo comienzo para Cabrera

El venezolano Miguel Cabrera también enfrentó su propia realidad durante esta temporada baja.
Cuando los Tigres celebraron su fiesta para los fanáticos en enero, Cabrera participó y se presentó ante la prensa y los seguidores del equipo.

"Sabía lo que me iban a preguntar", señaló Cabrera. Por supuesto que se trataba del incidente en plena lucha por el banderín, cuando Cabrera salió a beber con algunos jugadores de los Medias Blancas y resultó en la cárcel.

En el invierno Cabrera visitó a un consejero y dijo que ya no toma más alcohol.

"No soy un alcohólico", dijo el inicialista. "Pero cometí un error y necesitaba cambiar algunas cosas. Creo que la gente que me conoce sabe quién soy. Pero necesitaba dejar ese incidente en el pasado. Ha sido más fácil superarlo hablando sobre el tema".

Cabrera cumplirá los 27 años de edad el 18 de abril. Ya tiene un promedio de por vida de .311 con .925 de OPS. Durante las últimas seis campañas, ha promediado 33 cuadrangulares y 115 remolques cada año.

"Solamente quería mejorar, ayudar al equipo a ganar y dejar atrás todas las interrogantes", indicó Cabrera. "Sé que debo hacerlo por cuenta propia".

Al final de cuentas, Rodríguez enfrentó sus problemas, y lo reconoce, "el sentarme en mi casa y admitir lo que hice fue el día más doloroso de mi vida".

Cabrera admitió y enfrentó sus defectos, y ahora estaría en camino a una histórica carrera.
Muchos admiten y afrontan sus imperfecciones y se disculpan sin que sus vecinos se den cuenta. Pero todos observan a A-Rod y Cabrera, y todos saben que tienen que seguir adelante bajo las miradas de los que dudan.

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