" Rays merecen mas apoyo"

Los Rays de Tampa Bay entraron a la Serie de Campeonato de la Liga Americana con una impresionante marca de 23-2 en el 2008 en partidos en que han jugado con 30 mil o más fanáticos en su casa.
La afición ha respondido en playoffs, pero... (AP)Mientras la frecuencia de triunfos es alarmante, lo más importante en ese dato es que la población de la próspera, pujante y atractiva bahía de Tampa apenas apoyó con 30 mil o más fanáticos en 25 ocasiones al campeón de la División Este y más desconcertante aún, al conjunto con la mejor marca jugando en la casa de todo el béisbol.
En contraste, Tampa Bay tuvo 11 partidos de 12 mil o menos aficionados, incluyendo el último de la temporada (12,489 contra Baltimore el 22 de septiembre) cuando aún no habían asegurado el título divisional o el pase a la postemporada.
Los Rays y su segundo mejor récord de la Liga Americana (97-65) quedaron en el puesto 26 entre los 30 equipos de las ligas mayores en asistencia, con un promedio de 22,259.
A una serie contra los Azulejos de Toronto, un rival divisional, del 20 al 22 de abril, asistieron 26,798 de forma combinada. Eso es un promedio de 8,932 por juego.
¿Dónde estaban los fanáticos mientras su joven y entusiasta equipo destronaba de la cima del este a los poderosos y ricos Yankees de Nueva York y Medias Rojas de Boston?
Además de tener uno de los equipos más atractivos de todo el año, los residentes de St. Petersburg y zonas cercanas cuentan con uno de los estadios más alegres y baratos de las Grandes Ligas.
En el "Trop" a cada fanático le regalan un cencerro (campanita que llevan las vacas al cuello) en la entrada, la presentación de las alineaciones en la enorme pantalla de video del jardín derecho es digna de ser nominada en el renglón "mejor cortometraje animado" de los premios "Oscars" y la fiesta es constante en el recinto.
Al ser techado, no hay probabilidades de ir en vano al parque en una noche nublada.
Un asiento desde el cual se puede escuchar las exclamaciones de Carl Crawford después de abanicar un cambio de velocidad es el más caro de la instalación y apenas cuesta 270 dólares. Ese mismo asiento costará 2,500 dólares en el nuevo Yankee Stadium.
Este es uno de los pocos parques en donde aún se pueden conseguir boletas de una sola cifra (9 dólares), aunque sean para butacas en el tercer piso.
Y no me vengan con el cuento de que los fanáticos estaban alienados por el miserable pasado de los Rays desde que llegaron a las Grandes Ligas. Estamos hablando del presente, no de los años cuando la máxima aspiración de Tampa era evitar el 100 en la columna de las derrotas.
La asistencia a Tampa quedó por debajo de la que hubo en Washington y Seattle, los únicos dos conjuntos que perdieron 100 partidos esta temporada, y solamente por encima de Pittsburgh entre los seis sotaneros de ambas ligas.
Pero las cosas han mejorado en los últimos días alrededor de la casa grande de Tropicana One Drive.
Los Rays vendieron más de 25 mil boletos en 8 de 11 partidos en septiembre y cada asiento en los tres primeros cotejos de postemporada en la historia del club. El Tropicana Field, que tiene capacidads para 36 mil personas, también está vendido para el segundo partido por el campeonato de liga, el sábado.
Okey, los fanáticos de los Rays reaccionaron al exito de su equipo más lento que George Bush a los desastres del huracán Katrina en New Orleans, pero es mejor tarde que nunca.