domingo, 12 de octubre de 2008

"Estres de postemporada de Big papi y los nervios de octubre"

-- Estos son los días en que David Ortiz no puede dormir con normalidad. Son los días en que la adrenalina corre con traviesa libertad por el cuerpo de los peloteros. Son los días de octubre y de postemporada en Grandes Ligas.

"Luego del partido del viernes estuve conectado a mi computadora personal hasta las tres y media de la mañana y me levanté a las nueve y media. Durante la temporada regular, usualmente uno no despierta hasta después del mediodía aunque se acueste temprano la noche anterior", dijo Ortiz.
"Es algo que no me explico porque se supone que ya debería estar acostumbrado a estas situaciones", dijo Ortiz, quien ha jugado en la postemporada en seis ocasiones, incluyendo en cinco de los últimos seis años con los Medias Rojas de Boston.
Lo que pasa a Ortiz no es nuevo ni anormal. Se podría catalogar como "Estrés de Postemporada" y afecta en mayor o menor grado a todos los atletas de todos los deportes, especialmente en aquellos que definen sus campeonatos con el sistema de series largas.
El estrés es la reacción que produce el cuerpo ante ciertos eventos de presión, como el peligro. Aparece debido a las grandes demandas que se le imponen al organismo para enfrentar adversidades.
Un neurólogo norteamericano, Walter B. Cannon, descubrió que cuando un organismo tiene miedo o se enfrenta a una emergencia su cerebro responde activando el sistema nervioso simpático (el ritmo cardiaco y la respiración se aceleran, fluye la sangre más intensamente y provee de una mayor cantidad de oxígeno a los músculos) como forma de ayudar el organismo a responder a la emergencia.
En el béisbol, dicho estrés se traduce en una reducción de carreras y en marcadores más cerrados.
Durante los playoffs, los jugadores, especialmente los bateadores, están más expuestos a la presión y ansiedad de producir. Aunque igualmente sienten las miradas encima de ellos en cada lanzamiento, los pitchers tienen un mayor margen de enfoque y relajamiento.
Un lanzador cabecilla de rotación puede aparecer hasta tres veces en una Serie de Campeonato de liga o la Serie Mundial con el holgado calendario de los últimos dos años, que contempla tres días de descanso.
Además, por razones lógicas, los bateadores van al plato con el pleno conocimiento de que no hay tiempo suficiente para reponerse de una mala racha. Contrario a la serie regular, en la postemporada no hay seis meses para enmendar baches.
"Es como se supone que debe ser", dijo el utility puertorriqueño Alex Cora, de Boston. "En el mismo momento en que deje de sentir esa ansiedad extra de los playoffs es un indicativo de que no te importan los resultados y debería dejar esto", agregó Cora.
El "Estrés de Postemporada" varía dependiendo la historia y expectativas de los equipos.
"En los primeros dos partidos sentí una especie de nerviosismo, pero después del juego del viernes, que perdimos 2-0, dormí como un niño", dijo el inicialista Carlos Peña, cuyos Rays están debutando en playoffs este otoño.
"La ansiedad es más grande en equipos como el de nosotros. Mucha gente espera que gane y eso se convierte en una carga extra para los jugadores", dijo Cora.
"Cuando comienza el juego nos olvidamos de todas esas cosas y estamos tan enfocados que no tenemos tiempo de sentir estrés, pero ciertamente está ahí todo el tiempo después que sale del terreno", dijo Ortiz, quien batea .306 con 11 jonrones y 43 carreras impulsadas en 52 partidos de playoffs.
Big Papi apenas había pegado 4 sencillos y empujado una carrera en sus primeros 20 turnos de las eliminatorias del 2008.
"Me siento bien en el plato, pero los batazos no están saliendo", dijo Ortiz.
Un estudio de Elias Sports Bureau del 2004 mostró que en 9 de 14 temporadas desde 1990 hubo una disminución en la producción de carreras por partido en la postemporada con relación a la temporada regular.
Más actual, en la temporada regular del 2008 se anotaron 22,585 carreras en 4,856 partidos, un promedio de 4.7 carreras por juego. Antes del juego del sábado entre Boston y Tampa Bay se habían realizado 41 encuentros en la postemporada y se habían anotado 135 carreras, un promedio de 3.29 rayitas por choque.
Por supuesto, el partido del sábado en Tropicana Field resultó en una de las excepciones que tienen todas las reglas de la vida, y del béisbol.
El enfrentamiento del zurdo Scott Kazmir, uno de los mejores zurdos de Grandes Ligas, y el derecho Josh Beckett, uno de los mejores lanzadores de todos los tiempos en postemporada, resultó en una orgía de palos entre Boston y Tampa Bay.
Mientras Kazmir permitió seis hits, cinco carreras limpias y tres jonrones en 4.1 entradas, Beckett fue zarandeado con 9 hits, 8 carreras y 3 jonrones en 4.1 entradas. Beckett había permitido 7 carreras en 57.1 entradas en ocho salidas de postemporada, pero en el 2008 le han pegado 18 hits y le han anotado 12 carreras en 9.1 entradas.
Hasta en un partido inusual de postemporada, que para la quinta entrada tenía siete cuadrangulares y 14 carreras, ninguno de los dos lados llegó a sentirse cómodo para evitar sentir el molestoso "Estrés de Postemporada".

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